No duermo porque en la noche
mil puñales hay que acerchan,
puñales que en las tinieblas
apuñalan mi conciencia.
Cien puñales son de escarcha
que duermen en las aceras,
en los ojos de la gente
y en mi maldita cabeza.
Otros cien que están malditos
y se arrastran en silencio
y me sangran cuando iluso,
olvido que mata el tiempo.
Hay malditos otros cien
recubiertos con la miel
que crea la confianza
de que está ya todo bien.
Reservo otra centena
a la vida que se aleja,
a las almas que se marchan
y solo dejan la pena.
Mas aún quedan seiscientos,
mas cortantes aún que el viento,
mas cortantes que la vida
cuando se vive en invierno.
Claro que existe el infierno,
lo conozco cada noche,
cuando mil puñales salen
a bailar con los recuerdos.
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(Maya Kulenovic - Rift) |